Sendas, vías, antiguos caminos carreteros y de herradura, calzadas romanas, pistas…Todos ellos se hilvanan en 36 etapas con distancias entre media docena de kilómetros hasta poco más de la veintena. El eje que lo vertebra es una suerte de descubrimiento casi táctil por los recursos paisajísticos, culturales, históricos y ecológicos de una provincia casi virgen.
Unos cincuenta pueblos salpican este recorrido diseñado para excursionistas de todas las edades en mediana forma en el que las etapas están pensadas para salir siempre de una población y llegar a otra en menos de un día. Asimismo, y como variantes del GR o aislados, otras siglas cosen senderos en amarillo que, conocidos como PR (pequeños recorridos), dibujan etapas más cortas.
En las décadas de los 60 y 70 el Patrimonio Forestal del Estado inició una política de repoblación en la Comarca de Tierras Altas que se desarrolló en una superficie de unas 35.000 Has. Los pueblos reforestados quedaron deshabitados de un día para otro. Los vecinos cogieron el dinero que les ofrecieron por sus haciendas y emigraron lejos de su tierra. Son la imagen plástica de la despoblación.
Después de casi cuarenta años siguen conservando su estructura original aunque con un lento deterioro. Ofrecen en la actualidad una apariencia extraña y misteriosa. Las casas abandonadas y abiertas invitan a curiosear en su intimidad, y reflejan la forma de vida de los que fueron sus últimos habitantes.
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